Escasa presencia de candidatos de origen extranjero en las listas

Uno de los mandamientos más invocados (y pisoteados) de las campañas es "no utilizar la inmigración como arma arrojadiza". En esta cita electoral tampoco habrá excepción a la regla después de que desde hace semanas el PP haya puesto sobre lamesa y de manera abrupta un debate que estos días ha pasado incluso por los tribunales con la comparecencia del concejal de Badalona Xavier García Albiol.

El peso demográfico de la inmigración y su protagonismo en campaña son infinitamente superiores a la presencia en las listas de personas que fueron inmigrantes y ahora son ciudadanos. De los 510 candidatos por Barcelona de los seis partidos con representación, apenas 10 representan a esos catalanes de nuevo cuño. De ellos siete son de origen magrebí, dos sudamericano y uno subsahariano. Seis concurren por el PSC, cuatro por ICV, uno por CiU y otro por ERC. Del total, sólo los dos que ya son diputados, Roberto Labandera, uruguayo, y Mohamed Chaib, marroquí (ambos del PSC), tienen posibilidades reales de ser elegidos. En ICV, el colombiano Juan Carlos Villamizar ocupa el puesto 17, el más alto en cualquiera de las listas. 

"Todo el mundo sabe que yo siempre soy optimista –espeta Chaib–, pero ahora... estoy cabreado por los últimos sucesos, que están fuera de lugar. Lo que están haciendo algunos (se refiere al PP) es cabrear a la gente en vez de integrarla. Enarbolar el discurso que mezcla inmigración y delincuencia es muy peligroso justo cuando estamos al inicio del proceso de integración. Así –razona– se fomenta el integrismo y el extremismo". Chaib, que se instaló definitivamente en Catalunya en 1982, no niega que los llegados de fuera "tienen que hacer un esfuerzo por integrarse, lo que sucede –explica– es que a veces es difícil si a uno le están insultando". Chaib apunta: "Hay partidos que no se creen el discurso de la integración".

"Si tú eres inmigrante y quieres algo tienes que ir a por ello, y a veces la gente que acaba de llegar aquí tiene ese punto pasivo por timidez, por no saber, por el que dirán...". Ouatif Stitou, 31 años, nacida en Tetuán pero llegada a Catalunya con pocos meses, es profesora de instituto, traductora, doctoranda, habla perfectamente ocho idiomas y, además, es la única candidata inmigrante en todas las listas de CiU y en una posición (73 de 85 puestos) que impide que salga elegida. Nada indica que CiU no se tome en serio el discurso de la integración y trabaje con los colectivos de otros orígenes, pero eso no se ha traducido, al menos, en una presencia más nutrida de esos nous catalans en sus listas. De hecho, Stitou, que lleva una precampaña frenética, concurre en la lista como independiente.

"Tengo la vista puesta en los dos mundos y veo que es posible más permeabilidad entre ellos, más puertas abiertas, en las mezquitas por ejemplo, para que haya más conocimiento entre las distintas culturas", propone la candidata. Es una idea que también apunta Chaib: la de tender más puentes entre las culturas.
Villamizar, que llegó a España como refugiado en el 2002, alerta sobre el "juego perverso" y la "bomba de relojería"que suponen los ataques a los recién llegados "porque en realidad –dice– es un ataque a catalanes".

Tanto Àngel Colom, secretario de inmigración de CDC, como Celestino Corbacho, número tres de la candidatura socialista por Barcelona, entienden que hay que seguir hablando y debatiendo sobre los efectos, valores y problemas que supone la llegada de inmigrantes a Catalunya. "Tenemos que hablar en positivo, con el marco de referencia de que debe de haber derechos, obligaciones y oportunidades para todo el mundo", explica el primero. "De la inmigración hay que hablar, pero no hay que utilizar a los inmigrantes", completa Corbacho, que habló con este diario justo en sus primeras horas como ex ministro de Trabajo e Inmigración.

Para Colom, la era que ahora empieza tiene que ser "la de la cohesión" después de que en los últimos diez años hayan llegado más de un millón de personas de distintos orígenes, y explica que CiU considera tan suya la ley de inmigración como puede sentirla el tripartito. Colom cree que los últimos movimientos del PP son "peligrosos y poco responsables". Y Corbacho, que son "un flaco favor y vergonzoso".