La opinión que aún no es pública

La interculturalidad y todas sus expresiones buscan dentro de lo cotidiano de las sociedades, un posicionamiento  firme que repercuta al interior de un único contexto de información, conocido desde los medios de comunicación como opinión pública. La definición que más se acerca a nuestro interés, dentro de las muchas que se han dilucidado en  los últimos 20 años, dice que la opinión pública es  la tendencia o preferencia, real o estimulada, de una sociedad hacia hechos sociales que le reporten interés.

Dicho esto, abordamos éste análisis a partir del reconocimiento que
los investigadores del ámbito socio – cultural tienen sobre la
difusión de sus tareas en la televisión, la radio y la prensa, y por
supuesto las nuevas tecnologías, visto desde un campo de acción
europeo pero sintetizado en la experiencia Española. Todos coinciden
en afirmar que las voces de realidad intercultural no tienen eco en la
sociedad de medios y el alcance suficiente para tener la consideración
de la opinión pública.

La necesidad imperiosa de difundir los modelos de estructuración
social ha hecho ver que los medios de comunicación juegan un papel
preponderante para el alcance de objetivos, pero estos no abren sus
puertas como lo haría una sala de exposiciones de cara al público en
días de feria.

En apariencia, los contenidos interculturales no son atractivos como
otros que de momento suponen mercado abierto.
El trabajo interdisciplinario que liga a sociólogos, antropólogos y
comunicadores pone en evidencia el poco interés de los medios por la
reivindicación del papel en sociedad de los individuos de diferentes
culturas, con un pasado difícil de borrar, el de "inmigrantes", pues
casi que se considera natural asociar la diversidad cultural a la
marginalización. Las tesis planteadas sobre este comportamiento
generalizado de los mass media en sociedades demográficamente diversas
no suelen trascender de los auditorios, entre charlas, cursos y
seminarios.

Conscientes de ello, los actores de la sociedad cultural nunca se
resisten a que su impetuosa labor se quede en el anonimato, y sobre
todo, no renunciarán al hecho de alcanzar un protagonismo mediático
que toque las fibras más ocultas de la sociedad que les pertenece y a
la que pertenecen, por cuanto esto representaría la transformación
definitiva de los comportamientos del individuo  frente a la
diferencia. Se crean espacios de difusión audiovisual, se redactan
textos para colgar en los portales especializados, se apela a las
radios de barrio que de entrada sabemos su audiencia y su alcance,
pero se lucha porque todo este trabajo de cohesión sea lanzado a gran
escala un día no muy lejano por los "monstruos" de las comunicaciones.

Llatins per Catalunya no es ajena a este acontecer y por tanto, desde
este su espacio, hace un llamado a los símiles para que no desistan de
su lucha por encontrar el sitio que se merecen dentro de la opinión
pública. Esta asociación en particular ha decidido comenzar a arañar
al público residente desde la perspectiva que anuncia que las
políticas de integración y los modelos de cambios en la sociedad,
desde la base misma de la interculturalidad, no son las mismas que en
España; Catalunya no es España, propiamente en este sentido.
Este territorio nación llamado Catalunya ha de ser consciente que debe
transformar su dinámica  de transmisión del mensaje conforme va
cambiando su cultura. Dicho de otro modo, los medios de comunicación
deben cambiar tan rápido como su sociedad se reforma.

Autor: Oscar Valles
Comunicador Social - Periodista
Universidad Externado de Colombia
Master Europeo en Intermediación Mediterránea, Inversión Económica y Cultural
Universidad Autónoma de Barcelona - Ca foscari Venezia - Montpellier III